La banca digital protege incluso en los momentos más críticos
A finales de mayo y comienzos de junio, diversas instituciones del Perú y el mundo han reforzado la adopción de la digitalización en las finanzas, debido a crisis sociales, desastres naturales y cambios económicos. Expertos del Banco Central de Reserva del Perú y de universidades como el MIT explican cómo esta transformación permite mantener la operatividad, garantizar la inclusión financiera y apoyar a poblaciones afectadas cuando el acceso presencial se dificulta.
En un contexto marcado por fenómenos como El Niño y conflictos sociales, la resiliencia del sistema financiero ha dependido cada vez más de herramientas digitales. Estudios de la Universidad de Lima demuestran que el uso de banca móvil y plataformas de pago remoto se incrementó un 45 % durante episodios críticos el último año. Esta tendencia encuentra precedentes en países de Europa, donde tras inundaciones o terremotos se observa una migración masiva a canales digitales sin alterar la continuidad de servicios. Además, investigaciones del BID y del MIT enfatizan que la digitalización en las finanzas no solo responde a emergencias, sino que fortalece la protección del usuario, reduce la informalidad y mejora la eficiencia del sistema. Por ejemplo, programas piloto en zonas rurales del Perú han logrado reducir costos operativos hasta un 30 % y mejorar el acceso a microcréditos durante períodos de emergencia social.
A menor escala, se han reforzado medidas como la tokenización de tarjetas y la implementación de alertas tempranas por apps financieras, lo que ha restado vulnerabilidad ante fraudes oportunistas en crisis. En conclusión, la digitalización en las finanzas se ha convertido en un escudo clave para enfrentar adversidades, garantizando continuidad y seguridad para usuarios y entidades.
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