En un contexto global marcado por constantes paros sociales y crisis económicas, la digitalización ha demostrado ser una herramienta esencial para mantener operativas las economías. Tanto empresas como gobiernos han adoptado soluciones tecnológicas para garantizar la continuidad de sus actividades, especialmente en tiempos de inestabilidad. La implementación de plataformas digitales ha permitido que los servicios financieros, comerciales y educativos continúen funcionando de manera remota, evitando así las interrupciones tradicionales que suelen venir con los paros y las huelgas. La digitalización no solo optimiza procesos, sino que también asegura la resiliencia de los sistemas ante la adversidad.
Durante las últimas décadas, el mundo ha presenciado un incremento en las protestas sociales y los conflictos laborales, y las economías más avanzadas han visto en la digitalización una vía de escape para mitigar los efectos negativos. Un informe de la Universidad de Oxford reveló que las empresas que habían adoptado herramientas tecnológicas desde la década anterior experimentaron un 30% menos de impacto económico durante los paros. Este fenómeno no solo es evidente en las grandes empresas, sino también en las pequeñas, que han encontrado en el e-commerce y los pagos digitales una forma de mantenerse a flote.
A pesar de los desafíos, la digitalización ha creado un entorno más flexible y adaptable. En conclusión, la digitalización es el camino para la sostenibilidad y crecimiento en tiempos de incertidumbre económica y social.
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